
Alicia entro en un mundo, completamente diferente al que conocía. Le daba miedo y a la vez se sentía contenta de conocer cosas, gentes y paisajes nuevos. Era extraño para una niña, distinguir entre lo real y las ilusiones, por lo menos para Alicia, si lo era. Su única conciencia era el conejo blanco que la acompañaba y corregía siempre.
-Te gusta este lugar Alicia -dijo el Conejo Blanco.
-Si me gusta conejo, pero no lo entiendo. Dejame describírtelo -dijo Alicia.
-Yo te corregiré en todo lo que pueda -dijo el Conejo, con una mirada escéptica -no quisiera que te confundieras con nuestro país, esto es diferente.
-Las estrellas no se ven en el cielo, las veo en la tierra de esta ciudad, los gigantes parecen tener mas de un solo ojo, algunos son de cristal y casi siempre están fumando, todos fuma aquí, por eso es oscuro. Cuando veníamos para acá, observe el cielo y nunca se vio tan hermosos como hasta ahora. Lo vi tan de cerca, que lo confundí con el mar. La gente, nunca conocí niños de todos colores y tamaños, parece la tierra de todos es "genial" -dijo Alicia con entusiasmo al hablar.
-Mi querida niña, yo que soy el Conejo Blanco, y nunca pierdo mi tiempo con trivialidades como las que quieres explicar, por ser tu, la niña de este cuento, te explicare. La estrellas no se ven en esta ciudad, porque siempre esta iluminada. Toda se mantiene despierta siempre y nunca duerme, continuamente hay luz, tanta, que se apagan las estrellas del horizonte. No confundas estas luces con las del cielo, esas son incomparables. Los gigantes de muchos ojos, son casas de vidrio para la gente de colores y tamaños diferentes. Es cierto, fuman, pero no cigarrillos, solo contaminación, por ser esta ciudad una de las mas pobladas. El cielo, es lo único en lo que concuerdo contigo, nunca lo vimos tan hermoso, pero es porque nunca lo vimos desde arriba, siempre, desde abajo. Estamos acostumbrados a ver las cosas desde abajo y se nos olvida que arriba es hermoso. La gente, no Alicia, esta tierra no es para todos, esta tierra es para lo blancos de ojos de color claro, los demás, solo quieren pertenecer aquí para poder vivir.
Bienvenidos a la ciudad de Los Angeles, no es nada de lo que parece, pero a veces, encontramos uno que otro Ángel, espero que me digan donde, porque todavía no lo encuentro.
-Te gusta este lugar Alicia -dijo el Conejo Blanco.
-Si me gusta conejo, pero no lo entiendo. Dejame describírtelo -dijo Alicia.
-Yo te corregiré en todo lo que pueda -dijo el Conejo, con una mirada escéptica -no quisiera que te confundieras con nuestro país, esto es diferente.
-Las estrellas no se ven en el cielo, las veo en la tierra de esta ciudad, los gigantes parecen tener mas de un solo ojo, algunos son de cristal y casi siempre están fumando, todos fuma aquí, por eso es oscuro. Cuando veníamos para acá, observe el cielo y nunca se vio tan hermosos como hasta ahora. Lo vi tan de cerca, que lo confundí con el mar. La gente, nunca conocí niños de todos colores y tamaños, parece la tierra de todos es "genial" -dijo Alicia con entusiasmo al hablar.
-Mi querida niña, yo que soy el Conejo Blanco, y nunca pierdo mi tiempo con trivialidades como las que quieres explicar, por ser tu, la niña de este cuento, te explicare. La estrellas no se ven en esta ciudad, porque siempre esta iluminada. Toda se mantiene despierta siempre y nunca duerme, continuamente hay luz, tanta, que se apagan las estrellas del horizonte. No confundas estas luces con las del cielo, esas son incomparables. Los gigantes de muchos ojos, son casas de vidrio para la gente de colores y tamaños diferentes. Es cierto, fuman, pero no cigarrillos, solo contaminación, por ser esta ciudad una de las mas pobladas. El cielo, es lo único en lo que concuerdo contigo, nunca lo vimos tan hermoso, pero es porque nunca lo vimos desde arriba, siempre, desde abajo. Estamos acostumbrados a ver las cosas desde abajo y se nos olvida que arriba es hermoso. La gente, no Alicia, esta tierra no es para todos, esta tierra es para lo blancos de ojos de color claro, los demás, solo quieren pertenecer aquí para poder vivir.
Bienvenidos a la ciudad de Los Angeles, no es nada de lo que parece, pero a veces, encontramos uno que otro Ángel, espero que me digan donde, porque todavía no lo encuentro.